Las voces en el silencio:

Aprendí que no volvería otra vez,
que aunque suba no hay por qué bajar,
aprendí a dejar de hablar,
que también hay que escuchar.


Aprendí que no todo sale bien,
me doy cuenta de que no está tan mal,
aprendí la realidad,
que una piedra no es dificultad.

Un camino mejor,
vivo por lo que soy.

Ahora empiezo a sentirme bien,
ahora empiezo a saber
lo que otros como yo
han podido hacer.
Sólo soy uno más,
encerrado sin pensar 

que yo debo salir
y que debo escuchar
las voces en el silencio.

Aprendí que si no estás aquí,
debo ver que existe algo más,
aprendí que en mí si estás,
que no estoy en soledad.

Aprendí a verte sonreír,
desde aquí te puedo abrazar,
aprendí a quererte más,
el olvido no vendrá jamás.

Sentimientos de amor,
vuelve a salir el sol.

Ahora empiezo a sentirme bien,
ahora empiezo a saber
lo que otros como yo
han podido hacer.
Sólo soy uno más,
encerrado sin pensar,
que yo debo salir

y que debo escuchar,
que te debo escuchar.

Ahora empiezo a sentirme bien,
ahora empiezo a saber
lo que otros como yo
han podido hacer;
han sabido escuchar
cuando hablas en el silencio,
las voces en el silencio.


Comentario: Las voces en el silencio relata todo aquello que alguna vez todos hemos escuchado en nuestro interior, ese sentimiento de alguien que nos dice lo que deberíamos hacer cada día de nuestras vidas. Fue compuesta hace unos años cuando alguien me contaba su tristeza por la pérdida de su padre, sin embargo esa pérdida estaba siendo aceptada por un desorden y un caos en la vida de esa persona. 
Es cierto que no es fácil la pérdida de un ser querido, pero ante una tristeza siempre podemos confiar en la alegría y la ilusión de seguir  que nos da Dios.

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