Tan sólo busqué:

Tan solo busqué una razón
para dejar lo que quiero por ti,
una explicación
para entender tanto amor junto a mí.


Nace un día nuevo, 
trae al frío invierno
y la soledad que siento  

no me deja respirar.
Cae la sombra al suelo, 
un leve sol de enero,
nubes grises en el cielo 

 lo intentar tapar.

Triste ocasión de desgarrar mi corazón.
Vagaba sola sin calor buscando una compañía
que no me dejara en mi travesía;
el camino que es la vida.
Te encontré, por eso yo…


Tan solo busqué una razón
para dejar lo que quiero por ti
una explicación
para entender tanto amor junto a mí.
Quiero ser tu voluntad,
quiero ser tu historia,
luz en una oscuridad.
Demostrar que existe más,
tras la humanidad.
Tan solo enseñar que yo soy
lo que pones en mi corazón.


Lluvia fina intensa,  
sol que no calienta,
mis consuelos del pasado,
no hay tiempo que perder.
Ahora que te tengo,
solo pido al cielo,
no perderme en la rutina,
no desfallecer.

Aceptar que soy mortal que no debo volver atrás.
Explicar mi pasión:
que siempre que me cierras
la salida a un problema
más grande es la abierta;
realidad de vida eterna.
Somos dos por eso yo…


Tan solo busqué una razón
para dejar lo que quiero por ti
una explicación
para entender tanto amor junto a mí.

Y ahora en tiendo que moriste,
que por mi vida sufriste,
que te debo algo más
que una simple oración.
Y ahora sé que eres real,
que todo va a cambiar.
Tan sólo enseñar que moriste,
que tú eres mi razón.

Autor: Marcos Pastor Galán

Comentario: En ocasiones la gente se pregunta: ¿Qué me da asistir a una iglesia? ¿Qué beneficio obtengo con esa vida "perfecta"? Probablemente encontremos muchas razones sociales medianamente convincentes sin embargo ninguna espiritual, ya que quien no cree, no tiene fe en ellas y por tanto, serán como no hablar. Pero eso no significa abandonar, esa razón existe en el momento en que el no creyente presta atención y medita. Dios es la razón y pase lo que pase seguirá ahí y por ello debemos entregarnos a su voluntad y a construir la historia que él quiere de nosotros, y es que tras vivir aquí, tenemos el cielo. Quien no cree, debe buscar la razón para hacerlo, porque ahí está.

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